Leonel Fernández - World Economic Forum on Lat...
Leonel Fernández – World Economic Forum on Latin America 2010 (Photo credit: World Economic Forum)

César Medina
Lobarnechea1@hotmail.com

Nadie con un mínimo de objetividad puede negar que en el gobierno de Leonel Fernández hubo corrupción…

¿En cuál gobierno no la hubo? Otra cosa es que el presidente Fernández la haya apañado.

Muchas veces he dicho que la aspiración de riqueza va siempre acompañada del sentido de grandeza de cada persona.

Desde muchacho escucho decir que “el más rico no es el que más tiene… sino el que menos necesita”. Y ese criterio puede perfectamente adecuarse al sentido de riqueza que ha acompañado siempre a Leonel.

Muy recientemente, estando de visita aquí en España, un rico empresario ponía a disposición de Leonel un avión privado al que, según decía, le está dando muy poco uso.

Con la decencia que le caracteriza, el ex-presidente rehusó el ofrecimiento con un argumento imbatible: ¡Gracias, pero voy en largo viaje…! Cuando hubo de alejarse un poco, Leonel me susurró: “Estuve a punto de decirle que todos los aviones que están en el aeropuerto de Madrid son míos… Pero preferí la cortesía”.

Leonel Fernández no tiene aviones, ni helicópteros, ni villa en Casa de Campo, ni en Jarabacoa, ni finca en Canastica… Leonel no tiene ni casa dónde vivir. Si Margarita lo botara hoy, tendría que irse a vivir arrimado donde doña Yolanda.

¿Dónde está su fortuna? ¿En qué ha invertido tanto dinero? ¿En cuáles bancos lo tiene? ¿A nombre de quién…? Nadie puede presentar una sola evidencia de que Leonel Fernández tiene dinero…

Por una razón muy simple: ¡Porque no tiene dinero! Ni lo necesita…

El sentido de grandeza Tengo un amigo que dice con mucha frecuencia que “el dinero hiede tanto como contamina…”. Además, insiste en que “el dinero sólo sirve para comprar cosas”. ¿Puede alguien desmentirlo? Es cuando entra en juego el sentido de grandeza de cada individuo. El que no ambiciona cosas porque sus intereses están por encima de ellas, no necesita dinero para adquirir esas cosas, con lo cual el dinero deja de tener utilidad.

Es la eterna filosofía sobre el dinero y el poder… Siempre se ha dicho que el poder garantiza el dinero, pero no a la inversa, el dinero no es sinónimo de poder. Por eso vemos con frecuencia gente con todo el dinero del mundo procurando un poquito de poder y jamás llega a tenerlo…

Y gente sin nada de dinero pero abundante de poder.

¿Un ejemplo? Joaquín Balaguer… A este hombre jamás se le conoció riqueza material, y al morir, hasta la casa donde vivía –un regalo de Trujillo– la donó a una institución caritativa. Y su bien más preciado, su biblioteca personal, también la donó a una universidad.

Sus parientes más allegados –incluyendo hijos no declarados– se quedaron “buscando donde guisan”. Nunca mejor dicho.

Balaguer puede ser el más claro ejemplo de la grandeza sobrepuesta al dinero… Hay que decirlo de la siguiente manera: ¡Es tenerlo todo…sin tener nada! Leonel y sus libros Por supuesto que para entender esas cosas hay que empezar teniendo “sentido de grandeza”. Y eso no es consustancial a la preparación académica, ni a la inteligencia, ni al talento… ¡Se tiene o no se tiene! Y eso explica entonces que algunos presidentes hagan énfasis en la acumulación de riquezas y en las tenencias materiales, y otros privilegien los libros y el desarrollo del conocimiento.

Los que se empeñan en la acumulación de bienes terminan siempre apostrofados por la historia. Los otros son los otros. Entre ellos Balaguer y Leonel, ambos clase aparte.

Porque los dos –Balaguer y Leonel– se dieron cuenta temprano que el dinero no lo puede comprar todo…

Contrario al poder, que lo tiene todo a su disposición, incluyendo el dinero y a sus dueños…

Ambos metieron su enorme fortuna en una “caja fuerte” protegida sólo por el cráneo, en sus cabezas, en sus cerebros, donde no puede profanarlo cualquier lenguaraz, libre del arqueo miserable de estos intelectuales y políticos mediocres.

¡Y de esa “caja fuerte” se saca para lo otro…! ¿Comprende? La fortuna de Leonel está en los 300 mil libros de la biblioteca Juan Bosch y en la Fundación Global, centro académico por excelencia para el desarrollo del conocimiento.

¡Su gran legado a la posteridad…!