Don Quijote de la Mancha
Don Quijote de la Mancha (Photo credit: Wikipedia)

Enrique Pérez Díaz

Inevitablemente debo comenzar esta entrevista apuntando que Frei Betto es uno de los intelectuales contemporáneos más admirados y queridos en nuestra tierra. Desde que publicara hace años su libro Fidel y la religión, se fue granjeando la simpatía entre los cubanos y sus visitas de cada año nos traen a un hombre bondadoso, cordial, sencillo y muy atento al universo contemporáneo y sus más graves problemas.

En su ocupada agenda de trabajo, que lo mismo puede contemplar la reunión con un jefe de estado, que la visita a una favela de Brasil, Frei Betto busca tiempo para la escritura, la meditación y hacer una labor mediática en pro de los derechos de los humildes del mundo entero.

Sirva pues, este diálogo, para que todos le conozcamos mejor y apreciemos su credo literario, ya que sus altos valores humanos son harto apreciados por nosotros.

¿Existe para Ud., una literatura infantil? ¿Una LITERATURA? o simplemente ¿Literatura para personas?

Existe literatura. Punto. No me agrada la adjetivación de literatura “infantil” o “juvenil”. Alicia en el país de las maravillas 

¿Qué piensa de la infancia?

Es una edad onírica, de sueños, de fantasías. Lamento que hoy en día muchos niños sean dependientes de la TV y transfieren su capacidad de soñar, lo que crea un déficit onírico que, en la adolescencia, corre el riesgo de intentar compensarse con el uso de drogas.

En su concepto ¿los niñ@s leen hoy día más o menos que antes?

Habría que hacer una encuesta, pero tengo la impresión de que leen menos, están más interesados en la TV y en Internet. Es raro encontrar una casa de familia que tenga una biblioteca. Y donde no hay libros no hay estímulo para la lectura.

He visto en sus libros publicados por nosotros un evidente interés por mostrar las costumbres y tradiciones de Brasil, lo cual le ha granjeado el aplauso del lector cubano. ¿Es una tendencia este tipo de literatura en su tierra? ¿Tiene buena acogida?

Sí, Brasil es un país inmenso, muy diverso, y eso provoca el interés por libros que muestren esa diversidad. Lamentablemente hay poca literatura en Brasil sobre las costumbres de países latinoamericanos y caribeños. El proceso de “latinoamericanización” de Brasil es muy reciente, se inició con la Revolución Sandinista a fines de la década de 1970.

¿De qué modo considera puede ayudar un libro a la formación de una persona?

Los libros influyen mucho en nuestra formación, sobre todo en la adolescencia, cuando comenzamos a elaborar nuestra visión del mundo.

¿Qué piensa del tono que deben tener las historias para niñ@s?

No hay recetas. Una historia para niños podrá interesarles a partir de diferentes tonos.

Se suele decir que en cada libro que se escribe va un gran porcentaje de la personalidad de su autor. ¿Es parecido a alguno de los personajes de su obra?

Creo que no me parezco a ninguno de mis personajes, aunque en todos ellos hay una u otra característica que se asemeja a lo que soy.

¿En qué motivaciones suele inspirarse para escribir sus historias?

Las motivaciones son diferentes. La novela Minas de Oro nació de mi interés en contar la historia de la mina de Morro Velho, próxima a Belo Horizonte, que conocí cuando niño. Hotel Brasil-el misterio de las cabezas degolladas fue un desafío que me impuse de escribir una historia policíaca. El día del ángel retrata el período en que estuve preso en la dictadura militar. El Vencedor brotó de mi experiencia con jóvenes adictos a las drogas. Alucinado sonido de tuba es resultado de mi trabajo social con excluidos. Ahora, en este año 2013, lanzo una nueva novela, Aldea de silencio, cuya trama me vino a la cabeza como contrapunto a ese mundo acelerado y restringido por las nuevas tecnologías de comunicación, que parecen obligar a las personas a estar on line todo el tiempo.

¿Reconoce en su estilo alguna influencia de autores clásicos o contemporáneos?

Me encantaría escribir tan bien como García Márquez, Camus, Dostoievski, Machado de Assis, Saramago y Marguerite Yourcenar. Siempre vuelvo a esos autores cuando necesito un estímulo para darle sabor estético a mis textos.

¿Cuáles fueron sus lecturas de niño?

Julio Verne, Edgar Rice Burroughs, Monteiro Lobato, y muchos otros libros cuyos autores no recuerdo.

 

En Cuba se le valora y aprecia desde que publicara su célebre libro Fidel y la religión. ¿Tiene alguna anécdota interesante para contar de su relación de tantos años con el lector cubano?

Estoy muy agradecido al lector cubano por el interés que han mostrado por mis libros. Quisiera que los cubanos conocieran también mis novelas, como Minas de oro o Aldea de silencio. Como anécdota tengo que contar que Fidel, al recibir a Jimmy Carter en su casa, dejó sobre una mesa mi libro La mosca azul, donde aparecen imágenes de TV y fotos tomadas del encuentro entre los dos líderes. Después le agradecí al Comandante la propaganda mundial…

¿Qué valores desea transmitir por encima de todo en su literatura?

El sentido de justicia.

Es conocida por sus lectores su preocupación por el universo en que vivimos, el ser humano y sus derechos… además de su prédica y su ejemplo.

Si tuviera que salvar solamente diez libros de un naufragio ¿cuáles escogería? ¿Alguno de los que ha escrito?

1-La Biblia, 2- Las mil y una noches, 3- Memorias póstumas de BlasCubas, de Machado de Assís, 4- Gran sertão, veredas, de Guimarães Rosa; 5- Los hermanos Karamazov, de Dostoievski; 6) La peste, de Camus; 7) Cien años de soledad, de García Márquez; 8) Don Quijote de la Mancha, de Cervantes; 9) Memorias de Adriano, de Marguerite Yourcenar y 10) Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carroll.

¿Merece la pena haber sido escritor de libros para niños?

Mucho. Es una forma de estar en diálogo permanente con ellos y de mantener vivo al niño que llevo dentro.

Publicado por Cubarte