1867-1903
“Fue la tierra tu bandera; tu grito, la libertad; tu esperanza, la igualdad para la cholada entera”.
Carlos Francisco Changmarín

 El 15 de mayo de 2013 se cumplieron 110 años del asesinato por parte del Estado colombiano, en estrecha alianza con la oligarquía colombo-panameña, liberal y conservadora, del líder popular y guerrillero cholo Victoriano Lorenzo. Este hecho fue uno de los eventos culminantes de la Guerra de los Mil Días (1899-1902), que se sellaría meses después con la separación del Istmo de Panamá, mediante una conspiración organizada directamente por los Estados Unidos y en la que participaron en forma activa algunos de los mismos que asesinaron a Lorenzo.

Infancia y juventud del León Coclesano
Victoriano Lorenzo nace en 1867 en la jurisdicción de El Cacao, distrito de Penonomé, provincia de Coclé, actual Panamá. Su padre es el gobernador indígena Rosa Lorenzo y su madre María Pascuala Troya; ambos pertenecen a la etnia Ngawbé, también conocida como Ngobe, que habita en bosques y en faldas montañosas del Istmo. Vive con su familia hasta la edad de nueve años, cuando es entregado por su padre al sacerdote jesuita Antonio Jiménez, para que sea instruido en la fe religiosa y con éste aprende a leer, escribir y contar, “privilegios” a los que sólo pueden acceder unos cuantos indígenas o cholos, como se les llama en Panamá. Al mismo tiempo oficia como acolito, cocinero y criado del cura. Cuando su protector religioso se traslada al Perú, Victoriano se va a vivir a la capital del entonces departamento de Panamá y para ganarse la vida se desempeña como barbero, carpintero, sastre y zapatero.
Años después, regresa a El Cacao, su región natal, en donde contrae nupcias en julio de 1890, con María Lorenzo Morán. En 1891 es designado regidor municipal, cargo que desempeña durante pocos meses, puesto que Pedro Hoyos —un regidor mestizo— lo agrede en varias ocasiones, e intenta encarcelarlo. Esta no es una animadversión personal solamente, sino una expresión del odio y el racismo que se prodiga contra los indígenas por parte de grupos de mestizos, lo cuales no pueden tolerar que Victoriano Lorenzo cuestione la imposición de contribuciones extraordinarias a los cholos. En una de esas agresiones, Victoriano reacciona en defensa propia y mata a Pedro Hoyos. Luego de este hecho, se entrega en forma voluntaria a las autoridades y es condenado a nueve años de prisión en el penal de Las Bóvedas, en Panamá. Como ha sido frecuente en la vida de importantes luchadores sociales, la cárcel se convierte en una escuela en donde aquél se dedica a leer y aprender diversos oficios.
La rebelión de los «montañeros»
En octubre de 1899 estalla otra guerra civil en Colombia, que repercute de inmediato en Panamá, por entonces un departamento de este desvertebrado país. Un grupo de liberales se insurrecciona, con la esperanza de derrotar al ejército conservador y poner fin a la Regeneración. Aunque en un principio se pensaba que iba a ser una guerra corta, termina siendo el conflicto más prolongado y sangriento de todos los que se vivieron en Colombia durante el siglo XIX, y dura más de mil días.
Cuando comienzan las hostilidades militares, Victoriano Lorenzo —que acaba de regresar de la cárcel a su tierra natal— se involucra en la guerra de manera casi accidental, cuando accede a una misión que le encomienda el dirigente liberal Belisario Porras, amigo de su padre y a quien había conocido años atrás en la ciudad de Panamá. El 14 de mayo de 1900 Porras le solicita ayuda para desembarcar un cargamento de armas en el puerto de Chame. Un grupo de veinticinco indígenas cumple con esmero el encargo y de esta forma el líder indígena se vincula al bando liberal, que sufre una estrepitosa derrota en el Puente de Calidonia, a las puertas de la capital, el 25 de julio de 1900… Seguir leyendo