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La guerra que libraron militares y civiles de República Dominicana contra las tropas invasoras de Estados Unidos en abril de 1965, también tuvo cara de mujer.
La mayoría de estas mujeres procedían de diferentes localidades del país. Algunas eran conocidas; otras lucharon en el anonimato y sus aportes quedaron en el silencio. Todas venían de una larga dictadura con muchas ansias de libertad.

“En la Revolución hubo una presencia femenina bastante destacada. Y no faltaba más, ya que fue un hecho de masas que contó con la participación de sectores muy amplios y del mayor nivel político de la época. Desde luego, había mujeres y no pocas, en diversas actividades, de diversas procedencias, clases sociales y creencias políticas”, señala el historiador Roberto Cassá.
Mujeres combatientes en la revolucion de abril de 1965 RD/Ver video
El papel desempeñado por caras femeninas que participaron activamente en las acciones de resistencia eran mujeres de rostros conocidos en su lucha contra la dictadura de Trujillo, Hilda Gautreau, Yolanda Guzmán, Emma Tavárez Justo, Piki Lora y Aniana Vargas, entre otras. Pero por igual, hubo otras combatientes que vinieron del pueblo llano, humilde y trabajador como el caso de Tina «Bazuca»
Tina Bazuca heroina anónima de la Revolución de Abril
Como olvidar a Tina, popularmente conocida como «Bazuca» o «La Bazookera», una adolescente de dieciséis años; delgada del color del caliche, con cicatrices de balas y navajas en su cara de media luna. Tina Bazuca -desde el 24 de abril- estaba preparando sus bombas molotov en los patios y callejones de los barrios de Borojol y Guachupita; luego se le veía llenas de bombas amarradas con hilo gangorra en su frágil cintura y hombros, por los alrededores del Puente Duarte.
Se hizo famosa en el Comando de POASI, cuando vestida de verde olivo y botas militares, salía con un fusil G-3, al hombro y una bazuca en un jeep que ella y dos hombres ranas les habían quitado a tiro limpio a unos soldados estadounidenses.

Después de finalizada la Revolución, se emprendió una cacería contra todos los sin nombres y apellidos, que pelearon en la revolución, a Tina Bazuca, le toco la mala suerte. La degollaron, profanaron su cadáver y lo tiraron desde el puente Duarte hacia el rio Ozama. En el puente que ella con las armas en las manos defendió con gran valentía y bravura los días 25, 26, 27, 28 y 29 de Abril de 1965



En los intensos combates de los días del mes de mayo especialmente los de los días 1, 14,15 y 16, cuando se inician la cacería humana llamada Operación Limpieza, en los barrios marginados de la ciudad; donde perdieron la vida más de seis mil civiles, no combatientes. Allí estuvo presente la mujer dominicana siguiendo el ejemplo de Juana Saltitopa, Maria Trinidad Sanchez, Rosa Sanchez, la Taina Anacaona…
Al igual que los bombardeos de la ciudad, por tropas de intervención estadounidenses de los días 15 y 16 de junio, donde se intentó tomar a Ciudad Nueva, con todo tipo de armamentos y le fue imposible gracias a los soldados constitucionalistas y los jóvenes de ambos sexos de los comandos muchos de ellos sin apellidos, sin escolaridad y sin partido político alguno. Como era el caso de Tina Bazuca.

Ya en la Academia Militar 24 de Abril, en Ciudad Nueva, Tina, era una estudiante ejemplar. De ella cuenta la instructora, Sagrada Bujosa, en el libro Mujeres de Abril de la periodista Margarita Cordero, lo siguiente:
«Tina era la bazookera del comando POASI, y cuando a mí me dicen: ¨estas son las compañeras que tú vas a instruir¨, yo la recuerdo a ella, aquella mujer joven pero acabada, de pueblo, llena de cicatrices en el rostro».

Dicen que Tina en las instrucciones decía: ¨ soy muy bruta, soy una mujer de los muelles. Yo soy una mujer brutísima, pero tengo que aprender; entonces, tengo que poner atención dos veces¨. No sé, pero este tipo de mujeres, esta mujer, esta anónima, esa que quizás no aparezca en ninguno de los anales de tantas historias que se han escrito aquí sobre la mujer y su participación en tal o cual hecho, esas mujeres fueron precisamente las que dignificaron el papel de la mujer en la guerra de abril¨.

Honremos su memoria, que es la memoria de los miles de descamisados y descamisadas de siempre. Los huérfanos y huérfanas, los que luchamos sin ideologías, sin partidos. Solo con el supremo objetivo de defender la Soberanía de la República.
Los que no tenemos nombres, ni apellidos; ni casa, ni tierra, ni educación. Los de abajo. Los sin trabajo, ni salud; Los hombres y mujeres del pueblo, esclavos de la Patria sin saberlo. Honremos a esos y esas que abonaron con sus sangres purpuras las guerras y las revoluciones que otros iniciaron desde la retaguardia o en sus mansiones con aires acondicionados. Esos, los que se llevan las glorias y los puestos. Los que tienen nombres y apellidos. Dueños de las tierras y los ganados; las fábricas, las minas, las vidas y las muertes de los que solos tenemos ¨Patriotismo¨… [Tirso Medrano]
Muchas ya tenían una trayectoria política como Piki Lora, Aniana Vargas o Hilda Gautreau, que pertenecían al Movimiento Revolucionario 14 de Junio (1J4). Otras todavía no descollaban en las luchas y vieron interrumpida la cotidianidad con el ruido de los fusiles.
Los hechos
La guerra estalló el 24 de abril de 1965 con la sublevación de los militares que decidieron deponer el gobierno del Triunvirato para restablecer en el poder al profesor Juan Bosch, derrocado el 25 de septiembre de 1963. Tres días después se produce la segunda intervención militar estadounidense.

A principios de mayo se establece el llamado “Cordón Internacional de Seguridad” que dividió a Santo Domingo en dos y que dejó a la mayor parte de los constitucionalistas replegados en la parte colonial de la ciudad.
“Consumada la intervención el 28 de abril, la insurrección popular cambió su carácter: se transformó en guerra patria y alentó el crecimiento de la conciencia antiimperialista en vastos sectores de la población dominicana”, plantea Margarita Cordero en su libro Mujeres de Abril, publicado en 1985.
Con la llegada de las tropas invasoras comenzaron cuatro meses de resistencia y de luchas que culminarían a finales de gosto de 1965, cuando los constitucionalistas deciden firmar el acta de Reconcialiación presentada por la Organización de Estados Americanos (OEA).
“Había muchos hombres con las armas en las manos, otros apoyándolos, pero sobre todo había muchas mujeres”, recuerda Vicenta Vélez, compañera del coronel de Abril, Francisco Alberto Caamaño Deñó y madre de tres de sus hijos. Vélez insiste en que “la trinchera del honor no sólo eran los que combatían con el fúsil, la trinchera del honor éramos todos los que estábamos allá dentro (en la llamada Zona Constitucionalista)”.

Hija del comunista español Vicente Vélez y de la dominicana María Estele Catrain (Maricusa), Vicenta empezó a establecer su relación de compañera con Caamaño en París, después de la Revolución. Luego lo acompañó en Cuba en los entrenamientos guerrilleros para el desembarco de febrero de 1973.
La familia Vélez abandonó el país antes de la caída de Trujillo. Para noviembre de 1964, Vicenta retornó de vacaciones con su madre y decide quedarse impartiendo docencia en la escuela de una de sus tías.
Así la sorprendió abril de 1965. “Empezaron los movimientos y nos dimos cuenta que era una guerra civil porque los civiles empezaron a tomar armas. Los militares vinieron a la ciudad y comenzaron a armar al pueblo”.
Entonces se quedó en el hospital Padre Billini. En los días posteriores se convirtió en parte de las personas que salían de la Zona Constitucionalista a buscar cualquier cosa que hiciera falta y a establecer las comunicaciones que necesitaban los constitucionalistas.
Caras de la Guerra
Aniana Vargas. Ecologista. Formaba parte del 1J4. Combatió en la zona norte de la capital bajo la dirección de Roberto Duvergé. Murió al frente de una federación de campesinos de Bonao en la que luchó por la preservación del medio ambiente y la cuenca de los ríos de la zona.
Piky Lora. Combativa. Participó en la guerrilla del 1J4 de 1963 en el frente Juan de Dios Ventura Simó, que operó en San José de Ocoa. Abogada especialista en materia de tierras, llevó el expediente contra los acusados de expropiar terrenos en Bahía de las Águilas.
Yolanda Guzmán. Fusilada. Sindicalista y militante del Partido Revolucionario Dominicano (PRD). Fue fusilada por miembros del Centro de Enseñanza de las Fuerzas Armadas (CEFA), en Guanuma, mientras alentaba a los pobladores a la lucha revolucionaria por la constitucionalidad.
Hilda Gautreau. Abogada. Miembro del 1J4 y del Movimiento Popular Dominicano. Como abogada defendió a presos políticos en los tribunales del país. Se integró a la Revolución de 1965 desde el Comando Médico.

Fuente:Mujeres Hoy