En tan solo una generación, China ha irrumpido de forma espectacular, especialmente en Suramérica. Con el arranque del siglo XIX, y a un año antes de su ingreso a la OMC, China solamente tenía una presencia casi simbólica en Paraguay. (Este pastel Latinoamericano se le escapa a EEUU como agua entre los dedos)

Rotativo británico Daily Mail: «China se apodera del patio trasero de EEUU»/ «Los Gringos» pierden Latinoamérica ante China por su pésimo manejo migratorio y su falta de inversiones
EEUU tiene en Latinoamérica su espejo negro, en el que no le conviene verse a sí mismo debido a su pésimo manejo regional que se quedó anclado en el caduco monroísmo. Todo esto le ha llevado a perder su otrora enorme influencia, cargada de una eviscerada ideología, que ha sido sustituida por el pragmatismo geoeconómico de China.
Desde el año 2012 ya se empezaba a plasmar la penetración china en Latinoamérica.
Desde el punto de vista geoeconómico se pudiera aducir, con base al más reciente PIB (Producto Interno Bruto), que existe una marcada división de varias regiones de Latinoamérica —650 millones de habitantes, PIB de 4.98 billones de dólares, superficie de un poco más de 20 millones de km²— con varios niveles respectivos muy apartados.
Ya en 2019 las inversiones chinas superaban las de EEUU, primordialmente en Suramérica, con excepción de Colombia —su verdadera base militar bioceánica donde ostenta entre ocho y nueve bases militares —, además de Ecuador, Guyana, Guyana Francesa y Surinam.
El rotativo británico Daily Mail apunta que «China se apodera del patio trasero de EEUU» y «cómo Pekín ha invertido 140.000 millones en puertos, carreteras y plantas eléctricas en Latinoamérica y el Caribe, conforme Cuba firma un nuevo acuerdo energético, mientras la influencia de EEUU se desvanece».
Así, «China ha incrementado rápidamente su comercio en la región al pasar de 12.000 millones de dólares en el año 2000 a 315.000 millones en 2020».
Daily Mail cita «diplomáticos» anónimos que «advierten que EEUU se está rindiendo sin combatir».
Cabe señalar que mientras EEUU ideologiza sus inversiones salpicadas de anatemas, exorcismos, sanciones y bloqueos contra sus enemigos regionales —en particular todo aquello que huela al ALBA chavista: Cuba, Nicaragua, Venezuela, etc. —, China es exageradamente pragmática e invierte simultáneamente sin importarle las ideologías imperantes y sin pretender a cambios de regímenes en la pinochetista neoliberal Chile y la comunista castrista Cuba, por lo que no hay que asombrarse de su exitosa penetración cada vez más vibrante e intensa en Sudamérica.
Daily Mail destaca el «poderío (sic) económico de China en Latinoamérica y el Caribe con inversiones de 59,99 millones de dólares en Venezuela; 33,99 millones Brasil, 17,73 millones en Ecuador, 16,53 millones en Argentina, 4,53 millones en Bolivia, 233 millones en Cuba», etc.
Tampoco se puede soslayar la explosividad de las exportaciones de Suramérica a China, que han crecido en forma exponencial a partir del 2016, mientras que las exportaciones de México, Centroamérica y el Caribe a EEUU se mantienen mediocremente estancada, según datos de UNCTAD.
¿Incorporará la Ruta de la Seda marítima de China a Suramérica, como ya alcanzó a África, cuando Norteamérica se ha encapsulado?
Autor Alfredo Jalife-Rahme
Tomado de SPUTNIK
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK