El territorio del Lince
Acortando el camino
La provocación de la abuela Pelosi con Taiwán ha generado el movimiento final. No, no son las maniobras militares con las que China está demostrando que puede cerrar el acceso a la isla cuando y como quiera. Olvidaos de la invasión.
En cualquier caso, lo relevante es lo que ocurrió el día 5 en la cumbre de los países de la ASEAN y el encuentro entre los ministros de Exteriores ruso y chino. El comunicado chino de esta reunión no puede ser más claro: «China y Rusia no solo deben fortalecer su cooperación, sino también resistir juntos la hegemonía del mundo occidental». Un paso más en la relación, sin duda, un paso obligado para China, más que para Rusia. Pero el meollo de todo está en esta frase: «China y Rusia deberían liderar el proceso regional para garantizar una seguridad genuina». Aparentemente, es anodina, pero lo que encierra es definitivo: China está pidiendo ayuda militar a Rusia. Todas esas tonterías de que Rusia está empantanada en Ucrania, que no tiene material, que necesita la ayuda de Irán, de China o del que pasa por ahí, como Corea del Norte, no solo no tiene sentido sino que es la típica tontería occidental que solo ellos se creen. Hoy por hoy, el ejército ruso es muy superior a cualquier otro. Y no digamos su armamento. Y eso es lo que está reclamando China, su armamento. Mejor dicho, su tecnología militar.
Pese a sus innegables avances militares, como la construcción de su tercer portaaviones y sus armas hipersónicas, tecnológicamente está por detrás de Rusia y de EEUU en varios aspectos. Eso es lo que se va a subsanar a partir de ahora. La colaboración militar entre los dos países está asegurada a partir de ahora, y se hace, además, a un mes escaso de una nueva cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghai.
La provocación de EEUU ha obligado a China a dar un paso que era bastante reacia a dar, pero hay que esperar a ver los pasos prácticos que dan unos y otros en esta alianza estratégica que mantienen ya en todos los aspectos. es un quid pro quo, un dar y tomar: si China es inferior en tecnología militar, no lo es en tecnología civil, de la que Rusia necesita y mucha. Por eso en el comunicado chino se habla de «aumentar la escala de cooperación con Moscú en las áreas de atención médica, comunicaciones y economía digital».
El nivel relaciones entre los dos países era ya muy alto, como se recoje en el documento conjunto firmado el 4 de febrero donde se establecía una «alianza sin límites». Ahora ya no los hay realmente.
Un ejemplo: ahora que todo el mundo publica que el comercio entre China y Rusia ha aumentado de forma espectacular, y que se quiere llegar a una cifra equivalente a los 200.000 millones de dólares (el comercio entre los dos países ya se hace mayoritariamente en sus respectivas monedas), hay que recordar que este objetivo se tenía que haber conseguido en 2020. Formalmente se achacó su retraso a la pandemia, vamos a ver si ahora se llega a él o no.
En cualquier caso, los dos países se están moviendo con rapidez intentando acortar el camino hacia esa «alianza estratégica» definitiva en todos los aspectos. Las compras de petróleo ruso por parte de China son históricas y será muy difícil que sin el acuerdo chino Occidente imponga su pretensión de limitar el precio del petróleo ruso, por ejemplo. Y por primera vez en la historia de la post URSS, los vehículos occidentales (y de aliados de Occidente, como Japón y Corea del Sur) no lideran las ventas en Rusia, son los chinos. Estos son indicadores importantes, pero solo indicadores que aún no implican un cambio total.
La iniciativa china es más que interesante. La respuesta de Rusia debería estar al mismo nivel.
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