El evento vivido en la capital el viernes pasado es un llamamiento a todos los sectores implicados para que se mejore la planificación urbana
El evento vivido en la capital el viernes pasado es un llamamiento a todos los sectores implicados para que se mejore la planificación urbana y se establezca una infraestructura moderna en Santo Domingo, a la luz de las necesidades que tiene una ciudad como la que aspiramos a tener todos, de primer nivel.
No es un secreto que las construcciones se han disparado, muchas de ellas sin el soporte de infraestructura necesario para garantizar la seguridad ciudadana y los servicios básicos.
La tempestad del viernes, 4 de noviembre, probó ese punto, al verse cómo parqueos soterrados enteros y primeros pisos de edificaciones quedaron inundados en sectores supuestamente exclusivos, como Piantini, Naco y Arroyo Hondo.
Si esa es la situación en los llamados lugares VIP, podemos imaginarnos el panorama en muchos otros puntos capitalinos, donde las quebradas sin canalización y la ausencia total de un sistema para el manejo de las escorrentías es la orden del día.
No es hora de echar culpas o jugar a la política con este tema, lo que corresponde es ocuparse y hacer bien las cosas.