FERNANDO ÁLVAREZ B.

Un deterioro en la Globalización: una oportunidad histórica para nuestra Patria

Fernando Álvarez Bogaert.

Don Bosco
Un deterioro en la Globalización: oportunidad histórica para nuestra Patria
FERNANDO ÁLVAREZ B.

Recientemente publicamos una serie de tres artículos titulados: “el abismo de la desglobalización”. En ellos tratamos los principales factores que están provocando que más de treinta años de conexión, acuerdos, tratados y relaciones internacionales, se estén lacerando, profundamente, generando los que muchos analistas y estudiosos denominan la desglobalización, mientras otros solo lo consideran un deterioro.

El deterioro de la globalización es un fenómeno que se ha vuelto cada vez más evidente en los últimos años. La globalización es un proceso de integración económica, política y social a nivel mundial que ha sido impulsado por la tecnología y la liberalización comercial. Sin embargo, en los últimos años, este proceso ha comenzado a desacelerarse y en algunos casos incluso a desmoronarse.

Un factor importante en el deterioro de la globalización es la creciente polarización política y económica presente en el mundo. Con la ascensión de nuevos actores económicos importantes y el debilitamiento de los países occidentales tradicionalmente dominantes, se han producido tensiones y desequilibrios en la economía global. Además, el aumento de las desigualdades económicas y la creciente insatisfacción con las elites políticas y económicas, ha estimulado un aumento del populismo y el proteccionismo, con políticos llamando a un mayor control de las fronteras y menor dependencia de los mercados internacionales.

Según el FMI, la globalización económica es un proceso histórico que se refiere a la integración cada vez mayor de las economías de todo el mundo, especialmente en lo que se refiere al comercio y los flujos financieros; de igual modo, también incluye aspectos culturales, políticos y ambientales de mayor amplitud no analizados en este artículo.

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Los mercados promueven la eficiencia a través de la competencia y la división del trabajo, permitiendo a las personas y economías centrarse en lo que mejor saben hacer.

La globalización nos da acceso a mercados cada vez más vastos, a flujos de capital y tecnología; a importaciones más baratas y mercados de exportación más amplios.

Sin embargo, los mercados no garantizan que la eficiencia beneficiará a todos. Los países deben estar dispuestos a adoptar las políticas necesarias y, en el caso de los países más pobres, presentan la posibilidad del necesario apoyo de la comunidad internacional.

El FMI señaló los posibles efectos de la globalización en el año 2000 y cómo los mercados afectaron las situaciones macroeconómicas de los países.

Una de las consecuencias principales lo fue la dificultad de aplicar políticas locales para frenar los choques externos de la globalización y las implicaciones externas por problemas generadores de crisis internacionales.

Actualmente, estamos observando un escenario similar debido a la confluencia de diferentes factores de riesgo que han afectado las cadenas de suministros, desencadenando un proceso de deterioro en la globalización.

En la próxima entrega, trataremos estos factores y sus consecuencias, así como las «ventajas» que un país como la República Dominicana, podría aprovechar en el proceso actual de deterioro que vive la globalización.

FERNANDO ÁLVAREZ B.

Articulo 2/3

En la primera entrega, dimos forma al deterioro de la globalización en la actual coyuntura internacional adversa, mientras repasamos un breve recuento histórico y la línea argumentativa de quienes favorecen y se oponen al tan debatido proceso de desglobalización.

No obstante, los acontecimientos acaecidos desde el año 2020 a la actualidad, han empujado a Gobiernos y entidades regulatorias a tomar medidas proteccionistas, esto bajo el entendido de preservar sectores económicos estratégicos y salvaguardar la producción doméstica.

Dentro de los principales componentes que están deteriorando la globalización, en estos momentos, podemos señalar: la guerra Rusia-Ucrania, lacerando las relaciones internacionales en todos sus ámbitos; si bien ha brindado la oportunidad de unir la mayor parte de occidente con el propósito principal de aislar a Rusia, no ha sido posible por la estrecha polarización formada entre las principales economías desarrolladas y las emergentes, utilizando a China como referente.

Por otra parte, la aprobación de la Ley CHIPS (octubre 2022) en Estados Unidos, busca incentivar la relocalización de las empresas desde sus centros de producción en Asia hacia su territorio mediante el otorgamiento de aproximadamente USD 52,000 millones en subsidios y facilidades tributarias.
Otros países que han tomado iniciativas de proteccionismo son la India al anunciar un plan de fomento y atracción de inversiones en 14 industrias clave para el país dentro de los próximos cinco años; Japón que empezó a incluir partidas presupuestarias dedicadas a reubicar empresas niponas en el extranjero desde el 2022.

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Esta tendencia a aplicar mayores restricciones regulatorias al componente extranjero e incentivar la industria doméstica en las áreas de la tecnología y de vanguardia tales como los semiconductores, baterías y energías limpias, pueden costarle a la economía global una reducción de su PIB para los próximos años, según estimaciones de The Economist.

Ante esta oleada de políticas proteccionistas, muchas empresas dependientes de cadenas de valor transnacionales, encuentran en el “nearshoring” alternativa favorable en términos de costos y eficiencia.

En los últimos años, un reciente estudio dado a conocer por la firma Deloitte muestra que, cerca de un 87 por ciento de las principales empresas que componen la industria global de la tecnología de la información, han considerado el nearshoring como una estrategia para reducir sus costos operativos, tomando en cuenta que los salarios de los países asiáticos tradicionales han aumentado de forma significativa, conjuntamente al costo del transporte.

En el caso de América Latina y, fundamentalmente, las naciones del Caribe, el potencial que brinda el nearshoring para la manufactura y servicios, puede añadirle un valor agregado de USD 78,000 millones a las exportaciones regionales, según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Estas circunstancias, junto a una privilegiada ubicación geográfica y marco legal de incentivos preestablecido que posee nuestro país, bien pueden servirles de base para convertirlo en un verdadero “hub” de producción orientado hacia las exportaciones, un tópico que tocaremos de manera oportuna en la tercera y última entrega.

FERNANDO ÁLVAREZ B.