
En estos días hemos estado de aniversario. Más de 6 décadas de existencia. Propicia ocasión para hacer un alto en el camino y hacer una reflexion de vida: «Que hemos hecho que no debimos hacer y que no hicimos que teniamos que hacer» Luego, el reto es dicernir sobre los nuevos planes a poner en practica para reencauzar el camino hacia un sendero de progreso personal y social.

En este tiempo de existencia que me ha tocado vivir he observado y aprendido muchas cosas simples y complejas.
Por ejemplo, a nuestro alrededor encontramos abundantes ejemplos de personas que han alcanzado unos excelentes niveles de éxito o progreso social en sus vidas y que, a pesar de ello, han tenido una existencia amarga y desdichada.
En la medida en que cada persona es la única dueña de su propia vida, el compromiso de construir mejores sueños y llegar a realizarlos pasa necesariamente por su capacidad para administrar adecuadamente sus recursos personales.

Es necesario saber tomar mejores decisiones y estar en capacidad de asumir la responsabilidad por ellas, a sabiendas de que los errores ocurren y que de ellos es mucho lo que se puede aprender e influir positivamente en el progreso de los demás. Sin embargo, para que dicha experiencia sea integral, hay que saber escuchar y atender las necesidades emocionales avanzadas, que son aquellas que no demandan el éxito sino la expansión de los recursos personales –inteligencia, emociones y voluntad– y la capacidad de ponerlos al servicio de las demás.

Construir los propios sueños exige un alto conocimiento de uno mismo; si alguien quiere saber qué es lo que quiere en la vida, primero debe preguntarse quién es. Y en la ardua tarea de describirse y conocerse a uno mismo da la capacidad de observar y entender a los otros.
Espero que estas peroratas que escapan de mi mente y corazón lleguen a mis hermanos y amigos y les sirva de algo.
Su servidor
Domingo Nunez