Por Gustavo Olivo Peña

El entonces subsecretario de Estado del Vaticano insistió además en que los obispos chilenos le habían asegurado que las historias publicadas en medios internacionales sobre la represión desatada en Chile tras el golpe protagonizado por el general Augusto Pinochet el 11 de septiembre de 1973 eran «infundadas»

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WASHINGTON, Estados Unidos (EFE).- Documentos divulgados por Wikileaks confirman lo que había sido un secreto a voces: el maridaje entre el Vaticano y la sangrienta tiranía pinochetista que pisoteó a Chile desde septiembre de 1973 hasta marzo de 1990.

En medio de la consternación internacional, el Vaticano calificó de “propaganda comunista” las informaciones publicadas en 1973 sobre los atropellos cometidos por el régimen militar instaurado en Chile tras el golpe de Estado contra el presidente Salvador Allende, según documentos clasificados de EE.UU revelados hoy por la organización Wikileaks.

“Durante una llamada el 18 de octubre (de 1973), el arzobispo (Giovanni) Benelli, subsecretario de Estado del Vaticano, expresó su preocupación y la del papa (Pablo VI) sobre el éxito de la campaña internacional izquierdista para tergiversar completamente la realidad de la situación en Chile”, reza el documento, que desde hoy está disponible en la web de Wikileaks.

“Benelli -dice un texto del Departamento de Estado estadounidense- lo etiquetó de cobertura exagerada y como posiblemente el mayor éxito de la propaganda comunista”.

El cable revela una conversación telefónica mantenida entre Benelli y la Embajada de Estados Unidos en el Vaticano

El arzobispo mostró además su preocupación con el hecho de que los “círculos moderados y conservadores” pareciesen también dispuestos a “creer las vulgares mentiras sobre los excesos de la Junta Chilena”.

“Consciente de que la caída de (Salvador) Allende fue uno de los grandes reveses a la causa comunista, dijo Benelli, las fuerzas de izquierda han minimizado el golpe convenciendo al mundo de que la caída de Allende se debió exclusivamente a fuerzas externas y fascistas más que a las deficiencias de las políticas de Allende, como fue el caso”, añade el documento.

El entonces subsecretario de Estado del Vaticano insistió además en que los obispos chilenos le habían asegurado que las historias publicadas en medios internacionales sobre la represión desatada en Chile tras el golpe protagonizado por el general Augusto Pinochet el 11 de septiembre de 1973 eran “infundadas”.

El cable revela una conversación telefónica mantenida entre Benelli y la Embajada de Estados Unidos en el Vaticano.

La llamada tuvo lugar apenas cinco semanas después del golpe de Estado contra Allende.

El documento revelado hoy por Wikileaks es uno de los casi dos millones de archivos clasificados del Departamento de Estado de Estados Unidos que ha hecho públicos hoy la organización dentro de su Biblioteca Pública Wikileaks de la Diplomacia Estadounidense (PlusD).

La nueva biblioteca de documentos confidenciales fue presentada hoy en una rueda de prensa en Washington en la que participó su fundador, Julian Assange, a través de una videoconferencia desde la Embajada de Ecuador en Londres, donde está refugiado desde junio de 2012.

Según explicó el propio Assange, este proyecto supone la mayor colección de documentos confidenciales de Estados Unidos disponibles tanto para el público como para los periodistas a los que pueden acceder a través de un buscador facilitado por la propia organización.

De los dos millones de documentos, 1,7 millones son archivos pertenecientes al “Proyecto K”, relativos a los cables diplomáticos estadounidenses del periodo 1973-1976, siendo entonces secretario de Estado Henry Kissinger. EFE

La iglesia ahora dice que sí defendió a las víctimas de la dictadura

Augusto Pinochet, un ferviente católicoSANTIAGO DE CHILE, Chile (EFE).- El portavoz de la Conferencia Episcopal de Chile, Jaime Coiro, señaló a Efe que el Vaticano siempre apoyó la labor de la Iglesia chilena en defensa de los perseguidos por el régimen de Augusto Pinochet, en contraste con lo que dice un documento revelado por Wikileaks.

Un texto del Departamento de Estado de EE.UU. indica que en octubre de 1973, un mes después del golpe de Pinichet, el entonces subsecretario de Estado del Vaticano, Giovanni Benelli, consideró “propaganda comunista” las informaciones sobre los atropellos cometidos en Chile por el nuevo régimen militar.

“Probablemente esas han sido notas preliminares, porque la información confiable sobre lo que estaba ocurriendo en Chile no se tuvo en forma inmediata”, opinó Coiro.

“No se conocía en detalle la magnitud del quebrantamiento de la institucionalidad”, subrayó Coiro, que cree que esto “puede explicar que sus contenidos sean tan discrepantes de lo que fue la postura de la Iglesia en materia de derechos humanos”.

En ese sentido, recordó el papel que desde el primer momento desempeñó el cardenal Raúl Silva Henríquez en la defensa de los derechos humanos y en la creación en 1973 del Comité Pro Paz y en 1975 de la Vicaría de la Solidaridad.

Silva Henríquez, que fue arzobispo de Santiago y presidente de la Conferencia Episcopal durante varios años en dictadura, dejó escrito en sus memorias que “la Iglesia chilena tuvo en la Santa Sede un gran aliado en la defensa y la promoción de los derechos humanos”, apuntó Coiro.

La labor en ese periodo de Silva Henríquez, fallecido en 1999, ha sido reconocida por todos los sectores de la sociedad chilena.

“Independientemente de que podía haber algún disenso interno, la actitud de la Iglesia (de Chile) tuvo un aliado importante en la Santa Sede”, insistió Coiro.

En el documento filtrado por Wikileaks se afirma que el entonces subsecretario de Estado del Vaticano había indicado que los obispos chilenos le habían asegurado que las denuncias en los medios de comunicación internacionales acerca de la represión desatada tras el golpe del 11 de septiembre de 1973 eran “infundadas”. EFE